La estabilización permeable de suelos sale a cuenta en términos ecológicos y económicos.
Proteja las superficies de forma duradera al tiempo que les confiere utilidad.
Los desagües desbordados, los centros urbanos inundados y las costosas medidas de mantenimiento de los depósitos pluviales han demostrado en el pasado que la estabilización permeable de los suelos no es una moda, sino algo necesario. En especial en nuestras superficies urbanas y pavimentadas, la permeabilidad es una aportación eficaz y duradera para atenuar las consecuencias ecológicas y económicas de las precipitaciones intensas o las altas temperaturas.
La solución con vocación de futuro
Conservación de las funciones naturales
Cuanta más agua se pueda conservar en el suelo, más se descargan los sistemas de drenaje y más lentamente aumenta el nivel de agua de nuestros ríos. De este modo, se reduce claramente el riesgo de inundaciones en episodios de lluvias intensas y precipitaciones abundantes.
Superficies con capacidad de carga
Las superficies permeables ofrecen funciones naturales, pero no tienen capacidad de carga. Con la rejilla ECORASTER, las cargas concentradas se convierten en cargas superficiales. El resultado son superficies sin barro ni surcos.
Ahorro en gastos adicionales y tasas
Cuanto menor sea la superficie impermeabilizada, a menos ascenderán las tasas legales por aguas pluviales. Por lo general, con la permeabilidad también se puede prescindir de los costosos desagües o las caras medidas de compensación.
Menor aislamiento térmico
Gracias a la superficie permeable, se puede evaporar el agua de lluvia y reducir la temperatura ambiente de manera perceptible (evapotranspiración). La radiación solar caliente se absorbe y solo se refleja mínimamente. Además, genera una «superficie abierta» de partículas en suspensión y reduce la carga.
El suelo perfecto.
En este hábitat, la lluvia puede penetrar sin obstáculos, se filtra en el suelo y llega a las aguas subterráneas. Este suelo puede absorber hasta 200 litros de agua pluvial por metro cuadrado y un metro de profundidad.
A continuación, se produce la llamada evaporación o vaporización en superficies al descubierto. Este proceso representa el ciclo natural del agua.
Viable y sostenible.
Debido a que los suelos pueden absorber una gran cantidad de agua de lluvia en episodios de precipitaciones intensas, se reduce de manera considerable el drenaje superficial y el riesgo de inundaciones. El objetivo debe ser mantener una alta capacidad de retención de agua de los suelos. De este modo se reducen los picos de agua en los colectores, y se alivia la carga de los desagües superficiales y de los drenajes. Precisamente en las zonas residenciales en crecimiento que no pueden ampliar su sistema de drenaje existente, este tipo de desagüe por la permeabilidad del suelo es la primera opción. A este respecto, también se habla de «ciudades esponja». Absorben el agua y la devuelven más tarde. Esta medida de ajuste en la planificación urbana actual reduce los riesgos de las lluvias intensas y las inundaciones, y consigue que las precipitaciones se absorban allá donde caen. Esto se denomina gestión descentralizada de aguas pluviales o prevención contra inundaciones.